PINTORES COLOMBIANOS
ALEJANDRO OBREGON
Nacido en 1920 en Barcelona, España, de padre colombiano y madre española, se trasladó con sus padres a los seis años a Barranquilla, Colombia. En 1929 se reinstala con su tía en Barcelona. En su juventud viajó por España, el Reino Unido y Estados Unidos, países donde se formó como pintor. Tras vivir en Francia durante cinco años, volvió a Colombia y se estableció en Cartagena, donde trabajó con Guillermo Wiedemann, Santiago Martínez Delgado, Enrique Grau y Ricardo Gómez Campuzano. Gracias a él el expresionismo figurativo adquirió un gran auge en Colombia a partir de los años cincuenta. En 1958 le fue concedido el primer premio en la Bienal Hispanoamericana en Madrid, y en las décadas siguientes recibió multitud de premios, así como varias condecoraciones por su obra, entre ellas la Cruz de Rafael Núñez, en Colombia. Entre lo más conocido de su producción cabe destacar Máscaras (1952), Homenaje a Zurbarán (1962), Flora (1966), Anunciata en verde (1970), Sortilegio de luna (1985) y La violencia, obra que ganó el Premio Nacional de Pintura en el XV Salón Nacional de Artistas de Colombia.
PINTURA MAS CONOCIDA
TOMADO DE: http://es.wikipedia.org/wiki/Alejandro_Obreg%C3%B3n
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LUIS CABALLERO

Pintor y dibujante nacido en Bogotá, en 1943. Luis Caballero
Holguín estudió arte en la Universidad de los Andes entre 1961 y 1962, y luego
en la Academia de la Grande Chaumire de París, entre 1963 y 1964. Desde el
comienzo su trabajo ha sido figurativo, pero al principio sus personajes eran
muy esquemáticos y definidos por una línea gruesa. En 1968 obtuvo el primer
premio de la I Bienal de Medellín, con un políptico en el que estos personajes
se extienden en afanosas búsquedas amatorias sobre superficies azules y
amarillas [ver tomo 6, p. 133]. Ese mismo año Caballero se radicó en París.
Desde 1970 su obra comenzó a observar la historia del arte; esta inclinación se
destacó en 1973 en una muestra en Bogotá: con una clara referencia al
Renacimiento, sus figuras repasaban una hermosa lección de líneas puras,
valores plásticos, movimientos y escorzos. Sus personajes sin rostro resultaban
muy vivos y expresivos, gracias al dinamismo de los cuerpos, a la tensión de
las figuras solitarias y anhelantes y a la ansiedad desesperada de los
acoplamientos. Desde mediados de los setenta, Caballero ha venido
perfeccionándose hasta lograr representaciones llenas de vigor y precisión
anatómica, en las que la figura humana, tema exclusivo del artista, es un
simple pretexto para exteriorizar el propio sentimiento vital frente a las
formas orgánicas. En pinturas al óleo y dibujos en diversos medios
(carboncillos, sanguinas, lápices, tintas con pluma o pincel), Caballero se
regodea con el cuerpo humano: lo recorre amorosamente, con la vista y con el
tacto, desde todos los puntos de vista. Lo único que le importa es el cuerpo:
su superficie, sus músculos y huesos.
PINTURAS MAS CONOCIDA
TOMADO DE: http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/biografias/cabaluis.htm
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